Por: Saúl Rodríguez / @SaulRG_21
No cabe duda que la posición más importante en el fútbol americano es la de Quarterback. Cada año vemos como los equipos invierten selecciones de Draft, hacen intercambios con otras escuadras o entregan contratos multimillonarios con la esperanza de encontrar a ese jugador que se convierta en la cara del equipo durante un largo periodo de tiempo. Hay prospectos regulares, buenos, muy buenos, y muy rara vez se encuentran esos talentos generacionales que son capaces de cambiar el rumbo de una franquicia. Y todo parece indicar que Patrick Mahomes será ese talento que dominará la NFL en los próximos 10 años por lo menos, quien ahora tiene la oportunidad de conseguir algo que solo Tom Brady ha hecho en este milenio: ser bicampeón de la NFL.
Su carrera colegial
Pat Mahomes fue el quarterback de Texas Tech durante 3 años, desde el 2014 hasta el 2016. Sus números durante su estancia en Texas son de 11,252 yardas aéreas, con 93 pases de anotación y un porcentaje de pases completos del 63.5 con un récord de 13-19. Mahomes no se destacó por estar en un equipo competitivo ni por llegar a rondas importantes, pero en su carrera tuvo dos juegos con seis pases de anotación e incluso es recordado por tener un juego con 734 yardas por pase y 85 terrestres, dando un total de 819 en aquel tiroteo contra los Oklahoma Sooners de Baker Mayfield. Se podría decir que apenas le alcanzó para pasar con más gloria que pena, pero ya demostraba cosas interesantes con ese cañón que lleva por brazo.

La llegada a la NFL
Pat se declaró elegible para el draft de 2017, en la cual había no muchos prospectos en la posición, donde él, junto con Mitchell Trubisky y Deshaun Watson, eran los perfilados para ser tomados en la primera ronda. Trubisky fue elegido en la segunda posición global (y a día de hoy los Bears probablemente se sigan arrepintiendo) y los Kansas City Chiefs hicieron un canje con los Buffalo Bills para tomar a Mahomes con la décima selección global, cediendo su pick 27 de primera ronda, uno de tercera ronda y su pick de primera ronda del siguiente año. Mucho se habló de la poca relevancia que tuvo a nivel colegial, pero de igual manera, lo que demostraba en las visitas a los campamentos de los equipos previos al draft, dejó sorprendido a más de uno. Finalmente, fueron los Chiefs los que tomaron el riesgo con Mahomes.

De aprender detrás de Alex Smith a dominar la AFC
Se sabía que Mahomes no tomaría las riendas del equipo inmediatamente, ya que en ese momento Alex Smith era el titular con Kansas. Smith guio al equipo a un récord de 10-6, el título de la AFC West y un boleto a postemporada como sembrado #4. Sin embargo, al llegar a la semana 17 el equipo no se jugaba nada, por lo que Andy Reid descansó a sus titulares e hizo debutar a Pat, quien se estrenó en la liga con una victoria ante los Denver Broncos con un registro de 284 yardas y una intercepción, además de que era el primer quarterback drafteado por los Chiefs que debutaba y ganaba un partido desde 1987.
Kansas cayó en el duelo de comodines ante los Tennessee Titans y abrió la puerta para la salida de Smith del equipo (se fue a Washington) y a partir de ese momento, Mahomes se convirtió en el quarterback titular del equipo. ¿Y qué hizo en su primera temporada? Registrar 5097 yardas aéreas, 50 pases de touchdown, un porcentaje de envíos completados del 66.03% y llevó a Kansas terminar con récord de 12-4 y el sembrado #1 de la AFC, lo cual le valió el MVP de la temporada. Llegaron hasta la final de conferencia donde, de no ser por Dee Ford y un castigo de offside, tal vez estaríamos hablando de que Mahomes estaría por disputar su tercer Super Bowl consecutivo. No obstante, cayeron ante Tom Brady y los Patriots, quedándose a las puertas del super Domingo.

Sin embargo, Mahomes ya había demostrado su valía y el 2019 fue la oportunidad perfecta para demostrar que, a pesar de su corta estancia en la liga, ya podía ser considerado en la élite de los quarterbacks. Una vez más, los Chiefs terminaron con récord de 12-4, campeones de la AFC West y con el sembrado #2 de la conferencia. En cuanto a estadísticas personales, superó las 4000 yardas y tuvo «solo» 26 envíos de anotación. En playoffs comenzó la magia de Patrick: en la ronda divisional, remontaron una desventaja de 24-0 ante los Houston Texans, partido que terminaron ganando 51-31 con nada menos que 5 pases de TD de Mahomes y 321 yardas. En la final de la AFC, llegaron a estar 10 puntos abajo ante los Titans, pero el joven quarterback supo guiar a su ofensiva para anotar 34 puntos y terminaron ganando el juego 34-24.
Y finalmente, qué mejor escenario para confirmar su estatus como quarterback élite que el Super Bowl LIV. Aunque a decir verdad, no tuvo la mejor de las actuaciones, con 2 intercepciones y 2 pases de Touchdown. Sin embargo, en una jugada clave con Tyreek Hill logró convertir una 3ra y largo que fue fundamental para el regreso de Kansas en el partido, ya que se encontraban abajo por 10 puntos entrando al último cuarto. Llegaron 21 puntos sin respuesta de los Chiefs y los San Francisco 49ers nada pudieron hacer para evitar su derrota, con la cual Pat Mahomes ganó su primer anillo de campeón, y además, la designación de MVP del partido.

Un año después, Mahomes se prepara para el viaje a Tampa Bay con la posibilidad de llevar a Kansas a ser el primer equipo bicampeón desde el 2005 cuando los New England Patriots derrotaron a Philadelphia para ganar su tercer Super Bowl. ¿Quién era el quarterback titular de esos Pats? El histórico Tom Brady, quien curiosamente, logró guiar a los Tampa Bay Buccaneers a ser el primer equipo en jugar un Super Bowl en casa y que está buscando su séptimo anillo. Este duelo tiene tintes históricos por donde se vea, con una revancha de la final de la AFC del 2018, una revancha del juego de temporada regular que se celebró en Octubre y sobre todo, un encuentro entre dos quarterbacks que, uno ya podría ser considerado el mejor de la historia y solo enaltecería aún más su legado, y otro que tiene un presente extraordinario y que apunta a dominar la liga a futuro sin que haya todavía un rival que pudiera pelearle el trono.
