Imagen/ vía NBA Latinoamérica
Por Enrique Cano
Los momentos de grandeza llegan en el tiempo indicado cuando todas las cartas están en tu contra para que sean recordados por toda la historia como un verdadero resiliente; esto es lo que ha hecho a Jimmy Butler, un jugador muy especial sobre la duela y un auténtico líder en los momentos más cruciales de su escuadra, Miami Heat. Y no solo por lo que significa la victoria 115-104 de los de Florida ante Los Angeles Lakers en el juego 3 de las Finales de la NBA, sino por la plena confianza y fe que el equipo y toda una ciudad tiene puesta sobre el dorsal 22 del Heat.
La posibilidad de un 3-0 no parecía tan descabellado tras la situación que ronda dentro de la quinteta de Eric Spoelstra con las sensibles bajas por lesión de dos de sus jugadores más importantes, Goran Dragic y Bam Adebayo, quienes nuevamente no estarían disponibles para saltar a la duela, de manera que la preocupación para el Heat era cada vez mayor.
Sin embargo, los Lakers no contaban con el juego de “matar o morir en el intento” de Butler, quien se adueñó del espectáculo cargando a todo Miami sobre su espalda para darle vida en la batalla por el Trofeo Larry O’ Brien colocando la serie 2-1 y terminando la noche con triple-doble de 40 puntos, 13 asistencias y 11 rebotes.

Después de un claro dominio de los angelinos en los dos juegos anteriores, finalmente el Heat supo descifrar la clave de la fortaleza en el ataque de los Lakers, quienes concedieron 9 pérdidas en apenas 7 minutos del primer periodo para otorgarle el control absoluto a Miami 20-9.
Aún con bastante tiempo por delante, los Lakers se sobrepusieron a este mal arranque con las conversiones desde la línea de tres por parte de Kuzma y Morris, además de los siete tiros libres encestados y dos tapones de LeBron James que acortaron la pizarra a tan solo tres puntos (26-23) en los primeros 12 minutos.
La inyección desde el banquillo fue fundamental para darle una cara totalmente diferente a los de Frank Vogel en el segundo capítulo y apretar con más determinación tras tomar una ligera ventaja de cuatro puntos que no duraría mucho con el impresionante empuje de Butler que los volvería a poner al frente 42-37.
Era claro que ambas quintetas no querían soltar el acelerador ni un solo segundo antes de terminar la primera mitad, ya que por un lado, LeBron y JR Smith no perdonaron fuera del perímetro; mientras que Butler y Hill, se encargaron de poner la cuenta 58-54 al medio tiempo.
La intensidad de Butler recién comenzaba. El alero sobrepasó por completo a toda la defensa de los Lakers colándose hasta la pintura con demasiada facilidad aportando ya 30 puntos durante los tres cuartos. Asimismo, la genialidad de Olynyk desde el banquillo es indiscutible, generando puntos determinantes desde la línea de tres para no perder la ventaja en la pizarra (85-80).
Un juego digno de unas Finales de NBA que tanto Lakers como Heat le estaban regalando a la afición dejando el último suspiro en cada jugada donde el que mejor aprovechara sus grandes instancias, sería el ostentor de la victoria, y claramente eso pasó.
Los Lakers no supieron capitalizar la ventaja y el buen paso que estaban teniendo durante los primeros minutos del último periodo poniéndose al frente 91-89 gracias al doblete de triples de Morris y la bandeja de Rondo, pero el factor Butler aún tenía mucho que regalar, así como el imparable trabajo defensivo de sus compañeros que no dejaron pasar por ningún lado a la dupla de LeBron y Davis, quien no pudo sumar ni un solo punto durante los últimos 12 minutos.
El despliegue de Miami ya era inevitable, sentenciando el juego 3 con la pizarra 115-104 a su favor y poniendo en aprietos a Los Ángeles para el desenlace de las Finales. Las quintetas tendrán que enfrentarse obligadamente a un quinto juego, que para el Heat es muy poco, soñando con forzar aún más esta serie hasta el final con un juego 7. Por lo pronto, Heat y Lakers disputarán este martes a las 20:00 hrs (Hora del centro de México) el duelo 4 de las Finales con el posible regreso de Adebayo a la cancha.
