Desinflar no creo que es la palabra con la que definirías la actualidad del Inter de Milán. Quizá lo asociaría más con una experiencia más cercana a la realidad de la plantilla, a la calidad de las variantes y, en una menor medida, a los infortunios que se han presentado durante su temporada.

Muchos recordamos como empezó la Serie A esta temporada, un equipo Neroazurro que, en el mercado estival, se llevó grandes jugadores, entre ellos Romelu Lukaku, que, hasta cierto punto, ha justificado todo el objeto de deseo que se convirtió desde su irrupción en el futbol de élite, los prometedores Stefano Sensi, que la rompió en sus primeros partidos y Nicoló Barellá, joven promesa italiana del Cagliari.

El panorama pintaba bien pero algo no encajaba. Estamos de acuerdo que Antonio Conte es uno de los grandes exponentes del juego con línea de 3 defensores, de hecho fue él quien consolidó a la “BBC” de Italia (Bonucci, Barzagli y Chiellini), pero, siendo un juego que propone la llegada de los carrileros a línea de fondo, necesitas buenos jugadores en esas posiciones, cuestión que se encuentra cubierta, o por lo menos durante la mayor parte de la temporada, por jugadores bastante irregulares como Cristiano Biraghi y Antonio Candreva, o jugadores que, aunque con esbozos de calidad, no constituyen una garantía, tanto por edad como por calidad, como Danilo D’Ambrosio, Asamoah, Moses y Young. Creo que esta es la principal razón, aparte del innegable talento del jugador, del hype por el arribo de Achraf Hakimi la próxima temporada.

En el Inter la mala forma pasa por el momento de muchos de sus jugadores, a nivel de rendimiento colectivo e individual, aparte de las lesiones de jugadores que aportaban bastante a la idea de juego de Antonio Conte. El Inter ha defendido de manera paupérrima en algunos de sus partidos, por citar algunos, el que los enfrentó al Sassuolo, al Bologna y recientemente al Hellas Verona. No creo que sea atinado señalar el mal momento de algún miembro de la defensa en específico, si no la coordinación entre ellos, quizá sea falta de comunicación, o, aunque quizá suene muy sensacionalista, problemas de vestidor, no sería la primera vez que Conte tenga alguno, y a estas alturas, ya se habla de que la directiva tiene en la mira a Massimiliano Allegri por si se presenta algo “inesperado”.

Por otro lado, es importante mencionar la falta de contundencia que padecen los ahora cuarto lugar de la liga. Contra Sassuolo, tuvieron oportunidades de sobra para “asegurar” la victoria, algo que en otros partidos como el 6-0 contra Brescia del 1º de julio no les hizo falta. Existen muy pocas peores combinaciones que la mala coordinación defensiva y esta falta de contundencia.

¡Ah! Por último, no me puedo ir de aquí sin apuntar el descolorido nivel de Roberto Gagliardini. Si este tipo de jugadores son tus recambios en el mediocampo, sobretodo considerando la fragilidad mostrada esta temporada por Sensi, la semilenta adaptación de Eriksen y la facilidad para hacerse amonestar de Barellá, no vas a poder llegar muy lejos. 

Considero que no debería haber un revuelo tan grande ni dudar de Conte, de todos modos, lo de la Champions ya fue un fracaso grande. Es un entrenador que necesita tiempo y jugadores que se adapten a su juego.