1989, en pleno desarrollo del Draft de la NFL; se anuncia la 3era selección por parte de los Lions. Un running back egresado de la Universidad de Oklahoma State llegaba a la ciudad de Detroit como el prospecto del equipo. 10 espectaculares temporadas le bastaron al corredor nacido en Wichita, Kansas para que su jersey quedara inmortalizado en la historia del “emparrillado”: el Salón de la Fama, Barry Sanders.
El ícono de la NFL fue más que solo una pesadilla para cualquier equipo de la liga; la carrera del dorsal “20” lleva consigo un legado de 15,269 yardas, siendo el 3ero con más yardas terrestres en la historia de la liga, justo por detrás de Emmitt Smith y Walter Payton.
Los descomunales números de Sanders no terminan ahí; más de 1,000 yardas recorridas en cada temporada, 3,062 acarreos en total, 99 touchdowns por acarreo, 10 veces seleccionado al Pro-Bowl y en 6 ocasiones formó parte del equipo All-Pro.
Con una media de 5.0 yardas por intento de acarreo, Sanders vivió su mejor temporada en 1997 donde alcanzó las 2,053 yardas; adjudicándolo como el MVP del Año. Además, de recorrer 1,470 yardas en su primer temporada con Lions y ser nombrado Novato del Año, después de haberse consagrado 3 años en Oklahoma levantando el campeonato Heisman.
La espectacular carrera de Sanders no pudo culminar con el campeonato de la NFL; con solamente 30 años de edad, el corredor dejó el “emparrillado” en 1998.
De la mano de Sanders, Detroit tiene una marca de 1-5; 5 clasificaciones a Playoffs, donde 4 de ellas se quedaron en el camino de la ronda de Comodín y 1 final de Conferencia Nacional en la que cayeron ante los Washington Redskins con un marcador de 41-10.
