Los New England Patriots se coronan por cuarta ocasión en su historia al derrotar 28-24 a los campeones defensores Seattle Seahawks en el Super Bowl XLIX celebrado en el estadio de la Universidad de Phoenix, rompiendo la sequía de 10 años sin levantar el Vince Lombardi y afianzándose como la franquicia más ganadora del siglo XXI en la NFL.

Los Patriots iniciaron con el balón arrastrando a la mejor defensiva del certamen, la misma que le dio el campeonato a Seattle la temporada anterior, a pesar de lanzar una una intercepción en la zona de anotación en su primer drive, Tom Brady se reivindicó en el inicio del segundo cuarto con un pase a Brandon LaFell que ponía adelante a los representantes de la conferencia americana. No obstante, Seattle respondió de inmediato con un acarreo de Marshawn Lynch para igualar los cartones. A falta de 30 segundos para el descanso un pase largo de Brady a Gronkowski le daba la delantera a los pats, pero una jugada grande y un castigo por foul personal acercaron a Russell Wilson a las diagonales, donde encontró a Chris Matthews y la pizarra se fue con un empate a 14 al medio tiempo.

Tras una de las actuaciones de Show de medio tiempo más emblemáticas a cargo de Katy Perry, la acción volvió al emparrillado, el tercer cuarto fue de dominio absoluto para los campeones, la defensiva volvió a carburar y contuvo a Tom Brady, quien además lanzó otra intercepción realizada por el Linebacker Bobby Wagner. Hauschka y Doug Baldwin le daban la ventaja a los Seahawks por primera vez en el partido con un gol de campo y una recepción de anotación, respectivamente.

El último cuarto llegó y el panorama lucía complicado para New England, ningún equipo había ganado el super bowl tras un déficit de 10 puntos en el último período; los ajustes de Bill Belichick no se hicieron esperar, la defensiva se mostró más sólida y la ofensiva volvió a su ritmo. Amendola acercó a los pats con una recepción de 5 yardas para anotación y en la siguiente posesión fue Julian Edelman que le daba la ventaja a los Patriots faltando 1:06 en el reloj, pero si de algo ha sufrido en los últimos super domingos ha sido de jugadas milagrosas de sus oponentes, esta vez no fue la excepción, una recepción surrealista de Jeremy Kearse puso a Seattle en la yarda 5 del rival, y tras un acarreo de Lynch apareció la que se considera la peor llamada de jugada de la historia del Super Bowl, cuando Pete Carroll mandó a Wilson a buscar la anotación por aire en la yarda 1 en un envío que resultó interceptado por Malcom Butler y que le dio a New England el trofeo Lombardi.

Con 37 envíos para 328 yardas, 4 anotaciones y 2 intercepciones Tom Brady recibió el nombramiento del jugador más valioso del partido, y este campeonato fue el primero de tres que los Pats ganarían en los siguientes 5 años, colocando a la franquicia como la más ganadora en la historia del Super Bowl, empatando a los Steelers con 6 anillos de campeón.